La calabaza no es una verdura discreta, especialmente debido a su color vibrante y su tendencia a alcanzar un tamaño colosal. Con una larga vida útil similar a la del jamón, madura poco a poco.
Nuestras madres y abuelas siempre las han mezclado en sopas y salsas, ya que la dulzura de la calabaza proporciona un excelente contraste con la salinidad del jamón.
Las calabazas cosechadas para tallar, como esas famosas linternas naturales de Halloween, se han hecho famosas, así como las de competiciones para el alcanzar el tan anhelad récord de la calabaza más grande; alcanzando uno, dos, cinco o incluso novecientos kilos. Sin embargo, las calabazas de forma irregular, alargada, redondeada o deformada, que se cultivan por ejemplo, alrededor de la cuenca mediterránea de Barcelona a Cádiz, son apreciadas por los chefs por su carne densa, sabor intenso, floral y su deliciosa textura carnosa.
¿Que os parece continuar con el universo que encierra este fruto con una receta acompañada de un jamón Cinco Jotas?. Aunque algunas fuentes afirman que el origen de la calabaza está en América, parece ser que es una hortaliza originaria de Asia Meridional. Numerosos autores antiguos citan a la calabaza en sus escritos y se sabe que su cultivo ya se producía entre los hebreos y egipcios… ¿Cocinamos?
Ingredientes
200 g de Jamón Ibérico CINCO JOTAS
500 g de calabaza
100 g de cebollino
40 g de mantequilla
5 ml de aceite de oliva
1 l Caldo De Jamón
1 guindilla seca
Nuez moscada (al gusto)
Sal al gusto)
4 huevos de codorniz
Elaboración
Pelar y cortar la calabaza, desechando las semillas.
Freír la cebolla con la mantequilla en una cacerola y agregar la calabaza cortada en cubitos. Dorar un poco, agregar el pimentón y la nuez moscada y mezclar en el caldo de jamón. Cocinar durante 30 minutos.
Una vez cocido, triturar, colar y añadir sal.
Emplatado
Sirva sopa caliente en un bol con jamón ibérico Cinco Jotas y un huevo de codorniz frito por persona.
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