Uno de los ingredientes que nunca faltan en mi menú -a pesar de que lo cambio con frecuencia- es la gran ostra fresca chilena (Ostrea Chilensis). Siempre ofrezco un plato de ostras, ya que es uno de los mariscos que más me fascina gracias a su versatilidad. Crudos o cocidos, con o sin huevas, tienen una textura increíble que se acompaña de su peculiar sabor dulce.
Cada vez se hace más difícil encontrar ostras chilenas en el mercado ya que lamentablemente, diversos productores de ostras han cerrado porque no pueden competir con los bajos precios de las ostras del Perú que han entrado en el pais, dejando de ser un negocio viable para los productores chilenos.
Uno de los platos que me encanta cocinar es un entrante compuesto por ostras que sólo se sellan de forma mu breve, tocino crudo y con una beurre blanc de naranja ¡Delicioso!.